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8/10/14

Dos veces con la misma piedra

¿Como somos, eh? Pues ya ves, que somos.

Somos humanos. ¿Eso significa algo? Pues en teoría si. Y es que el ser humano solo se puede describir como contradictorio.

Por que todos sabemos que el hombre es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra. Porque todos sabemos que solo nosotros queremos ser y no ser al mismo tiempo.

¿Que como puede ser esto? Bueno, solo nosotros somos capaces de hacerlo. Porque somos humanos, es nuestra naturaleza.

Esta en nuestra naturaleza el seguir perdonando, cuando no hay esperanza. Esta en nuestra naturaleza seguir intentándolo, cuando no hay mas que hacer. Esta en nuestra naturaleza fallar, por eso, porque somos humanos.

¿Por que, quien no ha fallado nunca? ¿Y quien una sola vez? Es imposible nacer perfectos, esta en nuestra naturaleza.

Pero de todas las imperfecciones posibles, la nuestra es, la imperfección mas perfecta. Porque si, fallamos demasiado, pero... ¿A quien, nunca le han perdonado? ¿Quien nunca otorgo el perdón?

Y es que esa imperfección es lo único que nos da la oportunidad de mostrar nuestra humanidad. Sin ese toque de caos, de fallos y de imperfección, nuestra vida estaría vacía. ¿A que nos reduciríamos sin estos detalles? ¿Que seriamos sin esos toques agridulces, salados o incluso ácidos, que nos da la vida?

Nada.

Nuestra existencia se basa en nuestra humanidad, nuestra bondad, y las oportunidades que nos dan los fallos para poder hacer uso de ellas.

¿Por que a quien le importa la perfección? A nadie en realidad. La perfección en si, es un castigo que llevamos pegado como una carga desde hace demasiado tiempo. La perfección es imposible de alcanzar. Y por eso me alegro de ser humana. Me alegro de tener humanidad, y de poder mostrarla al mundo.

Y es que, en realidad, la perfección es el mayor de los defectos.

Vivimos en una perfecta imperfección, por el hecho de que la perfección es la mayor imperfección. ¿Como puedo decir esto? Bueno, es contradictorio, pero tendréis que disculparme, soy contradictoria.
Porque soy humana.
Y por que tropiezo dos veces con la misma piedra.


Porque soy una melómena #2

Bueno, hoy os traigo algo un poco mas diferente en cuanto a música. Y es que estas dos canciones tienen un no se que, que se yo, que no se... 





¿Os han gustado? ¿Las conocíais?
Un beso, Gin

7/10/14

Capitulo II: Un nuevo comienzo

Si quieres leer el capitulo anterior pincha aquí 



1713, en cierto lugar del caribe...





Robin despertó en el bote de remos. Hacía ya mucho tiempo que no tenía esa pesadilla. Y pensar que ya habían pasado 10 años desde aquel día.

Estaba amaneciendo.

Se quedo tumbada en aquel revoltijo de mantas un rato más. Al final decidió levantarse. La muchacha paso toda la mañana observando el mar. Escudriñando el horizonte por si pasaba algún barco. Hacia medio día fue capaz de divisar una isla a estribor. Empezó a remar con fuerza. Bajo un sol de justicia costaba más de lo que parecía, sobre todo si no habías probado bocado en 5 días; aun así siguió remando  y en poco tiempo llego a tierra.

Arrastro el bote hasta tierra. Hacía ya quince días que no pisaba tierra firme. Tampoco lo había echado en falta. Llevaba ya mucho tiempo viviendo así.

Aun así la sensación de pisar arena le resulto placentera.

Se sentó en la arena un rato, pensando que hacer. La isla no parecía estar habitada, así que decidió explorarla. Se acerco al bote y cogió el sable que escondía entre aquel revoltijo de mantas en las que dormía  desde hace una quincena, y se lo metió en el cinturón que llevaba a la cintura.

La verdad es que la chica tenía una pinta horrible.

Capitulo I: El principio del fin

1703, En un pequeño pueblo del caribe



El humo salía constante de la chimenea.  La pequeña cabaña estaba situada en la costa oeste de la Isla. Una mujer no mayor de los 30 llamaba a su hija para cenar. La pequeña estaba recogiendo conchas en la playa. La niña no era muy alta. Vestía un ligero vestido morado, que le llegaba a las rodillas. Tenía las mejillas sonrosadas, y unos ojos verdes brillantes. Llevaba el pelo, castaño claro,  recogido en una coleta, de la que se escapaban algunos mechones rebeldes.

-Robin, hija, ya está hecha la cena- dijo la mujer cariñosa

-Ya voy mama, ¿Qué has hecho esta vez?- La muchacha dejo las conchas en la arena y corrió hacia su casa.

La pequeña cabaña se alzaba sobre una pequeña colina en la que crecían flores de muchos colores. Eso le encantaba a la pequeña. La niña corría colina arriba sonriendo, se notaba que tenía hambre.
La joven madre se disponía a pasar cuando un ruido rompió la calma del lugar. Pronto otro sonido similar se escucho, la mujer se dio cuenta de que venían del lado este de la isla.

Un hombre venia corriendo a su encuentro.

-¡Olivia!- gritaba- ¡Olivia, corre!

La mujer salió a su encuentro

-¿Mike que ocurre? He oído dos cañón…- antes de que la mujer terminase la frase otro estruendo se escucho al otro lado de la selva que separaba la Isla.

-Nos atacan.- dijo el hombre exhausto

-¿Piratas?

El hombre negó con la cabeza- La armada- dijo simplemente